III Jornada de Puertas Abiertas en el Castillo de Uceda 2025

La III Campaña de Excavación Arqueológica del Castillo de Uceda llega a su fin un año más. Y como es de costumbre, desde el Área de Arqueología y el Ayuntamiento de Uceda se organizan una Jornada de Puertas abiertas en las que cualquiera puede acudir al yacimiento habiendo rellenado las inscripciones mandando un correo electrónico al enlace que se deja al final de esta noticia. 

En estas jornadas podrás conocer de primera mano todo el trabajo que se ha realizado en el Castillo durante esta última campaña, además,

observarás de primera mano alguno de los materiales arqueológicos que se han podido recuperar del yacimiento y que resultan de un gran interés.

Si estás interesado no pierdas la oportunidad de visitarnos:

Lugar: Municipio de Uceda
Fecha: Sábado 11 de octubre
Hora: de 09:30 a 14:00 horas.
Inscripciones: oficinaproximidad@uceda.es 

Te esperamos en el yacimiento.

Financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Uceda, la Diputación de Guadalajara y la Universidad de Alcalá.

III Jornada de Puertas Abiertas

El proyecto RECCULT organiza el próximo

Viernes 15 de noviembre las II Jornadas de Puertas Abiertas.

Estas consistirán en diversas visitas guiadas al yacimiento Arqueológico de Recópolis en las que se realizará una visión general de esta excepcional ciudad de época visigoda, y se adelantarán algunas de las novedades obtenidas por el proyecto.

La jornada se iniciará a las 11 de la mañana desde el Centro de Interpretación del Parque Arqueológico.

II Jornada de Puertas de Abiertas

El proyecto RECCULT organiza el próximo

Viernes 18 de octubre de 2024 las II Jornadas de Puertas Abiertas.

Estas consistirán en diversas visitas guiadas al yacimiento Arqueológico de Recópolis en las que se realizará una visión general de esta excepcional ciudad de época visigoda, y se adelantarán algunas de las novedades obtenidas por el proyecto.
La jornada se iniciará a las 11 de la mañana desde el Centro de Interpretación del Parque Arqueológico.

Apúntate: arqueologia@uah.es

La Gestación del Parque Arqueológico

A mediados de la década de los 80 las excavaciones habían permitido confirmar una temporalidad del yacimiento más compleja que lo defendido por Cabré en los años 40. La reexcavación de algunas áreas de la basílica, junto a la apertura de los sondeos en la ladera próxima meridional señalaban una estructura urbana que se había extendido hasta época islámica, al mismo tiempo que se observó la posible utilización de algunas áreas como viviendas domésticas durante época visigoda y emiral andalusí
Las excavaciones de 1986, además, documentaron la esquina de un gran edificio asociado con un gran derrumbe de opus signinum, que indicaba una mayor extensión del complejo palatino de lo que se creía hasta ese momento.

Tras unos años de interrupción en los trabajos, la reanudación de las excavaciones a partir de 1992 supuso una revisión de los planteamientos metodológicos empleados. La aplicación de la open area y la profundización en las nuevas técnicas de registro permitió comenzar a identificar la trama urbana de la ciudad, junto a áreas productivas y habitacionales dentro de una secuencia temporal que se hacía más rica extensa.
Entre 1995-2001 se producirá la excavación de una gran parte de las áreas que definen el yacimiento: un gran edificio meridional que formaba parte del complejo palatino, asociado a una puerta monumental, la red viaria superior de la ciudad, las construcciones comerciales, y la delimitación de los espacios productivos vinculados a la manufactura de recipientes en vidrio, metalistería y almacenes.

Los resultados obtenidos señalarán la importancia de Reccopolis como espacio fundamental para entender la ciudad altomedieval en el Mediterráneo Occidental y la imagen material que la monarquía visigoda pretendía transmitir entre los siglos VI y VII.
En los años finales del pasado siglo, comienza a gestarse el proyecto de Parque Arqueológico (1997), dentro de las nuevas concepciones en torno a la función social que adquiere la Arqueología. También se consolida la necesidad de integrar a Reccopolis en un territorio histórico, que también acabará formando parte del futuro Parque Arqueológico.

Imágenes: JCCM© – Área de Arqueología© (UAH)

El comienzo de las excavaciones sistemáticas

La inesperada muerte de Juan Cabré (agosto de 1947), la difícil relación entre el Comisario Provincial de Guadalajara Francisco Layna Serrano y el responsable de la arqueología en ese momento (Julio Martínez-Santa Olalla) explican la paralización de las excavaciones en Reccopolis. Tras la dimisión del primero en 1949, Santa Olalla intentará reanudar de nuevo los trabajos sin éxito. Todavía en 1952 seguía en contacto con Encarnación Cabré, la hija del primer excavador, intentando agrupar los materiales dispersos para su publicación y barajando nuevos trabajos.

Tras los cambios sufridos en la arqueología española como resultado de la defenestración parcial de Santa Olalla en 1955, el Instituto Arqueológico Alemán (Helmut Schlunk) manifestó su interés por realizar nuevas investigaciones en el yacimiento, que darían como resultado tres publicaciones en diferentes años en la revista Madrider Mitteilungen (1964, 1965 y 1967) en la que se combinaron estudios históricos sobre las razones de la fundación de la ciudad, junto a una aproximación a las dimensiones de la ciudad y una revisión de los resultados de los trabajos de Juan Cabré.

A finales de la década de los 60, la Universidad de Barcelona realizará una pequeña excavación al sur del área de intervención de los años 40, bajo la dirección de Eduardo Ripoll (1968) que permitió observar nuevas estructuras. Pero el proyecto que más continuidad ha tenido en diversas fases es el que comienza a gestarse a partir de 1975. En un primer momento dirigido por Manuel Fernández Miranda, Rodrigo de Balbín Behrmann, Dimas Fernández Galiano y Javier Faci Lacasta que elaboraron una nueva topografía y comenzaron la excavación en el área de viviendas y los espacios productivos próximos a las zonas de manufactura de vidrio, a partir de 1977.

En 1981 se emprende la excavación de otras áreas del yacimiento ya bajo la dirección única de Lauro Olmo-Enciso. Se inicia la excavación del recinto amurallado, la puerta suroccidental y se realiza también una síntesis interpretativa de la basílica, así como el comienzo de la excavación del sector meridional del complejo palatino. Las excavaciones se producirían en diversos momentos hasta 1986, cuando vuelven a detenerse..

Imágenes: Ministerio Cultura y Deporte© – Área de Arqueología© (UAH)

Las primeras excavaciones (II)

Los trabajos de 1945 significaron un salto cualitativo para el conocimiento sobre Reccopolis, resultado del aumento de recursos económicos. Junto a la finalización de la excavación del espacio de la basílica, se produjo un trabajo de desescombro y excavación de dos grandes construcciones contiguas a la Iglesia, que fueron interpretadas como “un gran palacio”. Además, el 12 de septiembre de 1945 se produjo el hallazgo de un gran conjunto numismático formado por 90 monedas de oro. Su aparición fue uno de los éxitos de la campaña y un importante hito en el estudio de las producciones monetarias visigodas (tremises). El tesoro estaba formado por acuñaciones del reino visigodo, suevo, merovingio y el imperio bizantino en la segunda mitad del siglo VI d. C. Aunque la ocultación mereció una publicación poco después de su hallazgo (1946), la repentina muerte de J. Cabré en 1947 fue el factor principal que impidió la publicación completa de los resultados obtenidos.

El tesoro y el lugar del hallazgo supuso también un quebradero de cabeza para el excavador. Cabré consideraba que un proyecto urbanístico y arquitectónico como Reccopolis, solo podía desarrollarse sobre un sustrato romano anterior. Así lo defendió a lo largo de 1946 tanto en el II Congreso de Arqueología del Sudeste Español, como en un monográfico sobre el tesorillo publicado por la Comisaría General de Excavaciones. El arqueólogo consideraba que la iglesia se había construido como un pequeño templo rural a principios del s. V, con una única nave. A lo largo del siglo VI habría sufrido una amplia transformación con la articulación de tres crujías, que coincidiría con la fase de organización de la ciudad bajo el gobierno de Leovigildo (569-586 d. C.), construyéndose contiguamente a la basílica un “gran palacio”. La propuesta cronológica se apoyaba además de la interpretación arquitectónica, en la recuperación durante la excavación de materiales de “carácter puro romano” como basas, fustes y varios capiteles de estilo corintio, fragmentos de sarcófago y diversas monedas de Graciano de las que no se aportaban más detalles. Cabré defendía, por tanto, un proceso evolutivo en la conformación del yacimiento en el siglo VI, a partir de la existencia de un templo de pequeñas dimensiones que se levantó en el s. V y de un yacimiento romano previo. También a partir de los hallazgos de las monedas en 1945, Cabré planteó la destrucción de la ciudad entre el 582-383, ya que en el conjunto monetario hallado solo aparecían algunas monedas de Leovigildo que servían de cierre temporal del tesoro.

Las excavaciones de 1945 fueron un éxito, pero dejaron muchos interrogantes sin resolver, tal como se observa en la polémica suscitada en torno a Reccopolis entre el propio Cabré y Pío Beltrán Villagrasa durante el mencionado II Congreso de Arqueología del Sudeste celebrado en marzo de 1946 en Albacete, con la cronología del tesorillo como elemento central.
Muchas de las cuestiones tendrán que esperar durante décadas para resolverse, como fruto de la muerte de Cabré y la paralización de las excavaciones hasta la década de los 70.

Aun así, la importancia de Reccopolis, su ubicación y su importancia para el estudio de la época visigoda había quedado demostrada. Fruto de todo ello, se produjo la declaración de Monumento Histórico Artístico el 10 de abril de 1946.

Imágenes: IPCE

Referencias: Juan Cabré, Archivo Cabré, IPCE, Ministerio de Cultura y Deporte

Las primeras excavaciones (I)

El 27 de mayo de 1944 comenzaron las primeras excavaciones en Reccopolis, dirigidas por el arqueólogo Juan Cabré Aguiló (1882-1947). Se ponía así fin a un largo periodo que se había iniciado en 1894 con la confirmación de la localización del yacimiento que había realizado el cronista provincial de Guadalajara y futuro director del Museo Arqueológico Regional, Juan Catalina García López (1845-1911). Estos primeros trabajos giraron en torno a las estructuras arqueológicas que eran visibles, que se situaban en torno a una vieja ermita que se encontraba desmantelada, y que se utilizaba como redil.

La excavación suponía un empeño personal de Francisco Layna Serrano (1893-1971), Comisario de Excavaciones de la Provincia de Guadalajara, que había logrado convencer de la importancia de la investigación a Julio Martínez Santa Olalla (1905-1972), Comisario General de Excavaciones. Este último fue el encargado de seleccionar al propio Cabré, con el que mantenía una ambigua relación de amistad y protección, que había pasado por diversos altibajos. 

Esta primera campaña se extendió hasta el 10 de julio, trabajando en ella 19 peones de Zorita de los Canes y la vecina Almonacid. El propio Layna describió lo hallado:

“Como esperábamos, bajo las ruinas de una ermita románica alzada durante el siglo XII en aquel descampado, sin hacer previo descombro ni ahondar los cimientos, ha aparecido la planta de una basílica con disposición y caracteres indudablemente visigodos, de tres naves, pero las laterales puede decirse que independientes de la central, y en forma de cruz latina; a los pies se ha descubierto el nártex, constituido por un pequeño vestíbulo cuadrilátero con cuatro columnas en las esquinas, de las cuales subsisten las correspondientes basas, y dos pasos laterales a más de la puerta de entrada; a la izquierda se muestra el baptisterio, y en éste la piscina para los bautismos por inmersión, y en el centro una pequeña ara de sacrificios, con ceniza en torno, lo cual prueba haberse verificado aquellos hasta el siglo VIII en que el edificio fue arrasado por igual que toda la ciudad. También bajo espesa capa de escombros han aparecido dos sepulturas en el suelo con sus laudas rotas, sin inscripciones pero con adornos esculpidos; varios trozos de piedra exornada con flores cuadrifolias, decoración geométrica, cruces de tipo bizantino o sea de brazos iguales con los extremos ensanchados y aves simbólicas afrontadas, todo ello tallado a bisel y muestra un arte rudo de clarísima filiación visigoda; algunos de estos fragmentos son parte de una pilastra emplazada en el vestíbulo, con profunda excavación de la parte alta para enastar o fijar una cruz. Ha quedado a la vista el pavimento de la basílica, pavimento continuo hecho con hormigón según la manera romana y con la particularidad de formar ese piso un apreciable declive a partir del presbiterio, donde sobre tres gradas, se conserva la mesa de altar, visigoda, pero utilizada en la ermita románica que se construyó sobre estas ruinas. Esa inclinación del piso tenía por objeto que pudieran ver perfectamente el altar los fieles situados al pie del templo, sin que estorbaran a tal objeto los que estaban delante. A la izquierda del nartex , o sea a los pies del edificio, se han descubierto los solares de varias estancias cuyo uso probable no es posible determinar hasta ampliar en años venideros la zona excavada…”. 

La confirmación de la existencia de Recópolis generó expectación y optimismo. En ese contexto debemos entender que, en la campaña del año siguiente, 1945, fuera una de las actuaciones mejor subvencionadas, junto a Medina Zahara y Mérida, ambas con el mismo importe…

(Continuará)

Imágenes: ©IPCE

La moneda en Reccopolis

Reccopolis cuenta con uno de los conjuntos monetarios de época visigoda y emiral más amplios de la Península Ibérica. Reccult supone un reestudio de su contextualización arqueológica.

La moneda ha formado una parte fundamental en la historia de los trabajos en el yacimiento, desde el espectacular hallazgo de un tesoro de 90 tremises visigodos el 12 de septiembre de 1945, durante la segunda campaña de excavaciones dirigidas por Juan Cabré. Los diversos estudios sobre este conjunto monetario han puesto de manifiesto su estrecha relación con el momento de fundación de la ciudad, que se produjo en el 578. Una de las mayores particularidades reside en las monedas que lo forman, con acuñaciones visigodas, suevas, merovingias y bizantinas, lo que responde a una agrupación particular, excepcional en las ocultaciones monetarias de época visigoda. En la actualidad, es posible contemplarlo en el Museo Arqueológico Nacional.

Con posterioridad, los trabajos desarrollados desde la década de los 90, han permitido la recuperación de otros conjuntos, entre los que destaca el tesoro de moneda emiral andalusí localizado en el muro de cierre de la Iglesia, formado por nueve dírhemes de época del emir Abd al Rahman I (756-788).

Junto a estas grandes ocultaciones los hallazgos numismáticos en Reccopolis han sido diversos. La moneda es un material arqueológico que ha estado presente en las tres grandes fases del yacimiento: ciudad de época visigoda y emiral, espacio ruralizado andalusí, aldea pleno y bajomedieval. Una de las características más importantes ha sido su integración dentro de la secuencia temporal y estratigráfica del yacimiento. Entre los especímenes recuperados destacan tipos de época romana (altoimperial y bajoimperial), visigodos (s. VI y VII), emirales andalusíes (s. VIII y IX), de época taifa (s. XI) y también un importante conjunto de moneda cristiana bajomedieval y moderna.

Uno de los objetivos centrales del proyecto es el contexto de los objetos. En el caso concreto de la investigación monetaria, la caracterización espacial de todos los especímenes numismáticos y la profundización de la dialéctica entre la moneda con otros materiales arqueológicos y complejos construidos, desde la necesaria subordinación de la materialidad a las dinámicas y procesos estratigráficos.